Por: Stephany Escobar[i]
El Centro Abrazar es una iniciativa de la Secretaría de Integración Social de la Alcaldía Mayor de Bogotá que tiene como objetivo sacar a los niños y niñas entre los 3 meses y los 13 años que esté en situación de mendicidad, o en riesgo de esta, en la ciudad capital. Entre Parceros y Panas estuvo el pasado 4 de septiembre conociendo los resultados del primer mes de funcionamiento.
Actualmente, el 100% de la población atendida fueron y son niños y niñas venezolanos/as. Debido a que los focos de mendicidad identificados en Bogotá, específicamente, en la zona norte y en los barrios aledaños al Terminal de Transporte del Salitre están compuestos por población migrante de origen venezolano.
El centro abrazar tiene dos planes para conseguir el objetivo: primero, el plan operativo el cual es la casa- guardería y dos, el plan territorial el cual lo componen grupos de 5 profesionales que identifican lugares en Bogotá en donde se presuma la existencia de población en riesgo de mendicidad o que ya la sufra.
El plan operativo del Centro Abrazar, transcurren en la casa- guardería ubicada en la Calle 73 N° 53 – 27, en el barrio 12 de Octubre en la localidad de Barrios Unidos, esta presta atención entre las 8:00 a.m. a 8:00 p.m. de lunes a domingo por un equipo de trabajo de 20 personas compuesto por psicólogos, nutricionistas, abogados, especialistas en primera infancia, auxiliar de enfermería, talleristas y educadores.
Además, al ser está una entidad del gobierno distrital, los niños y niñas tienen la posibilidad de ser atendidos de manera prioritaria en servicios de salud y educación. La coordinadora del Centro Abrazar, Vanesa Méndez nos cuenta que “la idea es que, al cuidar los niños/as, los padres puedan buscar una forma de empleo y ubicarse en una zona de Bogotá, es allí cuando se activa la ruta para priorizar un cupo ya sea en jardín o en colegio” afirma la coordinadora.
No existe ningún requisito para recibir el apoyo del Centro Abrazar, solo ser niño/a (de 3 meses a 13 años) y estar en riesgo de mendicidad o padecerla, el programa no distingue nacionalidad o estatus migratorio, ni regularización. Según la secretaría distrital de Integración Social Gladys Sanmiguel “Queremos que los niños y niñas vivan como lo que son, que no tengan las angustias que se tienen en una situación de mendicidad”.
En la visita Entre Parceros y Panas logro ver a cerca de 40 niños de todas las edades, repartidos por grupos de edad y atendidos por el grupo de profesionales, “Me siento muy feliz de estar acá. Lo que más me gusta es cuando nos toca clase de música porque me encanta, y así puedo calmar lo mucho que extraño a mi país” palabras de Alejandro, niño de origen venezolano beneficiario del servicio.
Por lo pronto, según los funcionarios del lugar, no han tenido casos de maltrato infantil. Más bien y aunque el trabajo es fuerte, se han llevado muchas alegrías cuando el semblante de los niños cambia y cuando los padres consiguen estabilizarse en Bogotá para que puedan ubicar a los niños en una institución educativa.
Entre Parceros y Panas sigue caminando los territorios donde la población migrante llega y compartiendo estas experiencias que ofrecen servicios útiles y estructurales para quienes más lo necesitan.
[i] Stephany Escobar, coordinadora de contenido desde Bogotá para Entre Parceros y Panas
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